César Sena, principal acusado de la desaparición y posible femicidio de Cecilia, había solicitado la reunión con un cura para confesarse. Su declaración, ante el sacerdote Rafael del Blanco, podría complicar a sus padres, principalmente a su madre Marcela Acuña, quien declaró que no tuvo responsibilidades en el caso.
Según aseguró el cura, César habría pedido asistencia pero que al momento de la reunión, el acusado se encontraba en silencio. “Lo que hice fue ayudarlo a que tome conciencia que hay una familia que está sufriendo horriblemente, que necesita saber dónde está el paradero de su hija o al menos del cuerpo”, reveló.
“Yo lo que percibo es que hay un sentimiento de mucho enojo en relación a sus padres”, continuó. “La expresión que él usó fue: ‘¿Será Padre que alguna vez podré perdonar a mis padres de lo que hicieron?’”, dijo mientras contaba que Sena se puso a llorar al momento de hablar de Cecilia.
“Él explícitamente ha dicho que está muy enojado con su mamá”, sostuvo Blanco. A su vez, afirmó que el día de la desaparición de Strzyzowski, César notó a su madre mucho más cariñosa que de costumbre.
«Lo que él me dijo fue que en un momento dado, Marcela, lo manda a un lugar X, no sé a dónde, parece que me dijo Colonia Benítez, pero tengo claro eso, que él salió, se fue y cuando él volvió Cecilia ya no estaba y que directamente le dijeron que ella se había ido y que sí, que Marcela reconocía que hubo una fuerte discusión y a él eso no le pareció normal porque Marcela, me lo dijo claramente, ´mi mamá no la quería a Cecilia, pero yo nunca me imaginé que esto podía llegar a este extremo´» , concluyó.
“Cuando declare y cuente lo que tiene que contar sabe que no me va a volver a ver nunca más o no me va a volver a besar nunca más”, fueron las palabras de Sena según el relato del sacerdote.
«Hay que tomarlo con pinzas, pareciera que él está midiendo y calculando todo lo que dice», aclaró el cura.
TN.